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DAÑOS DE LOS ALIMENTOS TRANSGENICOS...

danielconelpueblo | viernes, marzo 02, 2012 | 0 comentarios


Por: DanielPaez
Un estudio realizado en el Hospital Universitario Sherbrook de Quebec (Canadá) y publicado a finales de mayo por la revista científica Reproductive Toxicology que analizó muestras de sangre de mujeres embarazadas, de cordones umbilicales y de mujeres no embarazadas mostró que la proteína tóxica insecticida Bt Cry1Ab estaba presente en el 93% de las primeras, el 80% de los segundos y el 67% de las terceras. La fuente más probable de esta presencia es el consumo de alimentos transgénicos. 

De esta forma el esttos modificados genéticamente. udio muestra que las proteínas Bt procedentes de los cultivos transgénicos sobreviven en el sistema digestivo y pasan a la sangre, algo que las autoridades siempre habían afirmado que no ocurriría. Con los resultados se pone en jaque la validez del proceso de evaluación de estos alimentos y son un ejemplo más de los efectos inesperados y preocupantes que generan los alimenOtro estudio publicado por científicos de la Universidad de Oporto en la revista Food Policy trata sobre la preocupante relación entre la financiación y los resultados en los estudios sobre riesgos para la salud 

de los transgénicos. Los resultados confirman la íntima relación entre quién financia o para quién trabajan los 

científicos y los resultados favorables para la seguridad de los transgénicos.
Finalmente, José L. Domingo, Catedrático de Toxicología de la Universidad Rovira i Virgil, efectuó una revisión de los artículos publicados sobre riesgos toxicológicos de los transgénicos. En el texto se aprecia un equilibrio entre los estudios que demuestran la seguridad de los alimentos transgénicos frente a los que detectan posibles riesgos, confirmando también que aquellos que demuestran su seguridad son realizados en su mayoría por la misma industria. Por lo no se respeta la neutralidad.
Fuente: Ecoportal

Los grupos económicos dominantes no pueden ya silenciar la discusión sobre los alimentos transgénicos, entonces pretenden, a través de los medios masivos de comunicación que también les pertenecen o están comprometidos con ellos bajo una forzosa "obediencia debida", encasillar el tema en la dicotomía de si son o no son perjudiciales para la salud humana, cuando este problema en realidad abarca muchos otros aspectos igual o mas importantes que éste.
Para que una plantación de OGM "rinda" ésta debe abarcar un gran espacio de tierra, lo que significa que se debe disponer de la misma o del dinero para adquirirla o arrendarla y cubrir los costos que significa encarar esta producción.

Este espacio se ocupa entonces con un solo cultivo (monocultivo) y en manos de una única persona o empresa, cuando antes, en la mayoría de los casos era utilizado para el cultivo de varias especies diferentes (biodiversidad) por muchos pequeños o medianos agricultores.

Aquí nos surgen dos nuevos problemas ya que, en primer lugar tenemos el paso de un cultivo diverso a un monocultivo, lo cual causa degradación de la tierra, resistencia a los herbicidas, desaparición de insectos beneficiosos, como los polinizadores, entre otros efectos perjudiciales para el ambiente.

El otro problema que también surge como consecuencia directa es el hecho de que muchos pequeños y medianos productores quedan arruinados y endeudados porque se crea una gran dependencia de insumos, semillas OGMs,
 herbicidas de Monsanto y carísimas maquinarias de siembra directa o porque arrendaron sus tierras a un precio vil para tal vez recuperarlas algún día cuando se hayan vuelto improductivas, o las vendieron por unas monedas pasando a integrar las masas de desocupados o subocupados urbanas y suburbanas.

Sólo en Argentina se calcula que hay mas de 300 mil pequeños o medianos productores en estas condiciones, con el problema social que esto significa.

También debemos tener en cuenta que algunas especies modificadas genéticamente son contagiosas y pueden infectar a las especies no transgénicas de los campos vecinos. Otro aspecto que no podemos obviar es que muchas veces, para ampliar el terreno cultivable se desmontan grandes extensiones de tierra o incluso se talan bosques enteros, con todos los perjuicios ambientales que esto trae aparejado.
Ricardo Natalichio
Director
www.ecoportal.net



daños sobre los alimentos trnasgenitos

El debate sobre la seguridad o no de los alimentos transgénicos (aquéllos que han sido modificados genéticamente, por la mano del hombre) para la salud humana, y si pueden tener efectos secundarios no deseados, no es nuevo, y hace tiempo que se escuchan voces en contra, u otras que sostienen que son inocuos.
MAS INFORMACIONES SOBRE LOS DAÑOS QUE PRODUCEN 

Alimentos transgénicos: causantes de una gran polémica.

Los alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial de la que carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas. En Europa no todas las modalidades de transgénicos están autorizadas, sólo algunas pueden ser cultivadas y posteriormente comercializadas.
Los transgénicos, desde su nacimiento, han suscitado mucha polémica. 
Existen seguidores fanáticos y detractores acérrimos. Por ejemplo, Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace en España, cree que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad, desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños irreversibles". Para Carrasco "no es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos", apuntando además que "los que estamos en contra de los transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente". Para Greenpeace los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura, la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios no están evaluados, etc.

Sin embargo, Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid, piensa todo lo contrario. "Los transgénicos son la mayor innovación en producción de alimentos que se ha hecho en los últimos 25 años y no ha habido un solo incidente adverso ni para la salud humana ni para el medio ambiente" explicaba durante la última edición de MadridFusión 2010.







También existen numerosas dudas sobre este tipo de alimentos, y aquí expongo las respuestas a un par de ellas.
¿Los alimentos transgénicos puede producir alergias?
La alergia es la reacción exagerada del organismo contra una sustancia (normalmente una proteína) extraña a él. La soja (o cualquier vegetal) tiene miles de proteínas extrañas para el hombre, por lo que existen bastantes personas alérgicas a la soja, al cacahuete, a las fresas, etc. La soja transgénica tiene una proteína mas entre esos miles, por lo que el aumento del riesgo es minúsculo. Y naturalmente, el riesgo desaparece por completo cuando la soja se procesa para obtener otro producto.
 
En los últimos tiempos la manipulación genética de los organismos vivos ha pasado de ser una historia de ciencia ficción a convertirse, literalmente, en el pan nuestro de cada día.
En sólo dos años hemos asistido -con cierta impotencia- a la entrada masiva de las primeras cosechas de cultivos manipulados genéticamente a nuestros privilegiados mercados europeos, y a la siembra de las primeras variedades de maíz transgénicas en nuestros campos. 
La nueva tecnología genética se nos "vende" como LA tecnología "del futuro", pero se nos impone, HOY, sin haber dado tiempo al tiempo para evaluar sus peligros, y sin siquiera darnos opción a opinar. 
¿Qué hay de cierto en las grandes promesas de la industria sobre cultivos milagrosos, alimentos más sanos, y cuidado del medio?

La cruda realidad es que los alimentos manipulados genéticamente no son más baratos, ni más sanos, ni solucionan los grandes problemas de la humanidad. Muy al contrario, la práctica totalidad de los nuevos cultivos han sido diseñados exclusivamente con el objetivo de aumentar las ganancias y el control del mercado mundial de alimentos por la industria agroquímica transnacional, que controla el gran negocio mundial de los herbicidas y plaguicidas químicos, y que recientemente se ha fusionado con las grandes casas mundiales de semillas. 

Una abrumadora proporción de la superficie de cultivos manipulados genéticamente se dedica a variedades tolerantes a los herbicidas, que se venden en un "paquete" que obliga a la utilización de determinados herbicidas, aumentando la dependencia del agricultor y asegurando con ello a la industria un lucrativo negocio, al tiempo que se continua envenenando el medio ambiente y nuestra salud.
Le siguen en importancia las variedades insecticidas. El cultivo de estas variedades a gran escala puede tener unas gravísimas repercusiones en los ecosistemas, al afectar a especies beneficiosas, como los insectos que transportan el polen de una planta a otra, ó a insectos que se alimentan de las plagas y que suponen una forma natural de control de las mismas, así como a organismos del suelo (bacterias, hongos, gusanos….) que son imprescindibles para su fertilidad. Sin embargo, en la carrera de la industria biotecnológica por acaparar mercados estas cuestiones apenas han sido estudiadas, y nuestros campos se están convirtiendo en ensayos experimentales a gran escala, sin tener en cuenta que si algo "sale mal", no nos será posible controlar la "contaminación biológica" que estamos provocando.

Y se pretende también que los consumidores seamos conejillos de indias de este increíble experimento, ya que los riesgos para la salud humana de los alimentos transgénicos no han sido evaluados suficientemente, y a medida que la investigación avanza surgen mayores dudas en cuanto a sus peligros para la salud. La manipulación genética puede alterar el comportamiento de una planta, provocando la formación de compuestos totalmente nuevos, o la acumulación de sustancias dañinas para la salud. Además, el uso de virus y bacterias "mutilados" en los procesos de manipulación genética de organismos vivos está al órden del día, sin que se hayan podido descartar los riesgos que ésto entraña para nuestra salud. Por otra parte, las células de una mayoría de los cultivos transgénicos son portadoras de genes que proporcionan resistencia a los antibióticos, y que pueden propagarse a bacterias patógenas, agravando el problema mundial de la lucha contra las enfermedades infecciosas. 

Y en cuanto a solucionar el problema del hambre…. Aunque nos quieran convencer de lo contrario , el problema del hambre en el mundo no es un problema de escasez de alimentos, sino un problema de reparto, y de acceso a la tierra, a las semillas. El simple aumento de la producción que promete la revolución biotecnológica (espejismo muy a largo plazo, como demuestra la realidad de los cultivos transgénicos desarrollados) no conduce a alimentar a las poblaciones más necesitadas, y sí a despojarlas de sus tierras, de sus semillas…. 


El coste prohibitivo de las nuevas biotecnologías y de las patentes biotecnológicas las hace inasequibles para los programas públicos de investigación y de mejoramiento de semillas, favoreciendo un preocupante control del sector por media docena escasa de compañías transnacionales agroquímicas, que persiguen únicamente acaparar los mercados mundiales e incrementar sus beneficios. El elevado precio de las semillas patentadas y de los herbicidas asociados a su cultivo, y las características de las nuevas variedades, ventajosas para las grandes explotaciones muy mecanizadas, aumentará la marginación de los pequeños agricultores locales en el suministro de alimentos. 

Con ello no se solucionan los problemas del hambre, sino que se pone en peligro el medio de subsistencia de cerca de la mitad de la población mundial que todavía vive de la agricultura, y la biodiversidad mundial, y se agrava el problema de acceso a los alimentos para los más pobres. Lejos de contribuir a solucionar los problemas del hambre, por tanto, los cultivos transgénicos y el monopolio de las semillas mediante las patentes biotecnológicas son una amenaza para la agricultura sostenible, para la salud y para la seguridad alimentaria de todos los pueblos, especialmente los del Sur. 

 
QUE PODEMOS HACER:
En este caso mucho, y muy sencillo. Tod@s nosotr@s, como consumidores, tenemos la palabra. Podemos pedir información a nuestros proveedores de alimentos. Podemos exigir un etiquetado que nos informe de qué productos contienen ingredientes transgénicos. Y podemos decir un NO muy contundente, y eficaz, sencillamente negándonos a comprar alimentos que procedan de cultivos manipulados genéticamente. 
Podemos también, colaborar con los movimientos sociales que en todo el mundo están apoyando la lucha de los campesinos por el control de sus semillas, y por una agricultura que proporcione alimentos sanos y suficientes para todos/as, y un medio de vida sostenible para los más de 1.400 millones de campesinos que hoy dependen de la agricultura para su subsistencia en todo el mundo.  


¿Son los productos transgénicos perjudiciales para el medio ambiente?
Tienen ciertos efectos negativos, como por ejemplo, que la existencia de estos productos puede reducir la población de insectos al hacer el alimento resistente a los insectos, y por tanto afectar a la de animales insectívoros, como algunos pájaros y murciélagos. Por otro lado, este efecto también tiene un lado positivo, que es la reducción del uso de insecticidas.

Ahora, en España asociaciones de consumidores han vuelto a la “batalla”: han demostrado recientemente su “preocupación” por el cultivo y comercialización de este tipo de productos ante la “incertidumbre” existente sobre sus posibles efectos nocivos sobre la salud de los ciudadanos, así como también sobre su impacto sobre el medio ambiente.
La Unión de Consumidores (UCE) emitió un comunicado en el cual alertan sobre el hecho de que “en España se siguen cultivando a gran escala” este tipo de alimentos transgénicos, cuando en la mayoría de los demás países de la Comunidad Europea se ha tendido a prohibir su producción.
Se menciona asimismo el caso de Alemania, que ha pasado a ser el primer país que se ha declarado “Libre de transgénicos”, y expresan su esperanza de que esto sirva al Gobierno Español de modelo y “para reflexionar sobre la producción y comercialización de los organismos modificados genéticamente y en las consecuencias que pueden tener para la salud de los consumidores y para el medio ambiente”.
Además, desde la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) se hanreclamado “más investigaciones, transparentes y públicas” para poder determinar eficientemente la seguridad de este tipo de alimentos. Así también, esta Confederación sostiene sobre los transgénicos que también “deterioran el medio ambiente y la vida silvestre, contaminando genéticamente a los cultivos tradicionales”.
Por este motivo, la CECU apuesta por una agricultura sostenible y ecológica “como la mejor fórmula para conseguir alimentos de la máxima calidad, adecuados al entorno en el que se producen y respetuosos con los derechos de aquellos que se dedican a cultivarlos”.

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