MUJER COME UN PAVO DE 10 EN 10 MINUTOS - LA COREANA SONYA THOMAS EN ACCION DE GRACIA NUEVA YORK
Por: DanielPaez
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NUEVA YORK._ Mañana jueves es el día de Thanksgiven (Acción de Gracias), una de las festividades más veneradas por los norteamericanos y extranjeros residentes en Estados Unidos.
Previo a la celebración que antecede al “viernes negro”, día en que se abren los especiales navideños en las grandes cadenas de tiendas nacionales e internacionales, muchas institucionales adelantan eventos.
Uno de ellos fue celebrado ayer martes con una competencia que premió con miles de dólares a quien comiera más pavos, pero que también lo hiciera en un tiempo récord.
Sonya Thomas, una mujer de origen coreano, que pesa sólo 105 libras y de baja estatura y que compitió con un hombre de 400 libras, se comió un pavo entero de 10 libras en apenas 10 minutos.
Su contrincante, un corpulento conductor de trenes de la Autoridad Metropolitana de Tránsito (MTA), Eirc Booker (Badlands) residente de Long Island, no pudo alcanzar a la diminuta comelona que vive en Alexandria (Virginia) y quien dejó sólo los huevos de la gigantesca ave, devorándola ante el asombro de los concurrentes.
Booker tiene el récord mundial de comer más pasteles en competencias anteriores, pero ello no le valió para caer vencido ante “La viuda negra”.
Los 10 minutos fue el tiempo establecido por los organizadores del concurso para que los comelones acabaran con el ave cocinada. Booker dijo que no sólo quedó asombrado por la velocidad de Sonya, sino que le fue imposible alcanzar el ritmo de la mujer.
“Definitivamente estoy por debajo de su capacidad para ser tan pequeña y comer tanto”, señaló el perdedor que quedó en el segundo lugar del certamen de glotones. Booker dijo que creía haberse preparado lo suficiente para vencer a cualquiera, porque el domingo se comió dos repollos hervidos en tiempo récord para estar en “forma”.
Dijo que el estómago es como un músculo. “Tienes que entrenar para un deporte que practicas”. Pero la mujer tiene 24 récords mundiales de devorar en minutos docenas de ostras, pasteles de queso y otros paquetes culinarios.
“Esto es un juego de la mente”, señala ella, aconsejando a que los competidores no pueden perder la concentración porque perderán velocidad y al final, la batalla.
“Normalmente no soy una comedora de pavos, pero el ave que devoré estaba sabrosa, húmeda y tibia y es por eso que me comí la mayor parte de la carne”, expresó la ganadora que se llevó a su casa $1.581 dólares en efectivo, premio dado por el principal organizador, la empresa Wild Turkey (Pavo Salvaje) que lleva 81 años celebrando la competencia.
“Con este dinero voy a comer algo de comida coreana y el resto lo usaré para celebrar el Día d
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