LA IMPORTANCIA DE LOS SAPOS , CURATIVA, SEXUAL, ALIMENTICIA Y MEDICINAL
Por: Daniel Paez
este tema esta bajo la autoria de .....http://www.taringa.net/posts/info/15138717/Los-Sapos-Y-sus-beneficios.html
A lo largo de la Historia han existido decenas -si no es que cientos- de casos en los que los animales han sido capaces de predecir cuándo ocurrirá un sismo. El ser humano ha tratado de ayudarse de otras especies para alertarse en caso de un temblor, sin embargo, aún no damos con el animal adecuado. Ahora aparece un nuevo candidato en
la línea: los sapos.
La hipótesis proviene después de que una colonia completa de sapos huyó tres días de la localidad de L’Aquila (Italia) tres días antes de que ocurriera un terremoto en 2009. Rachel Grant, bióloga de la Universidad Abierta de Milton Keynes (Reino Unido) estaba conduciendo un estudio de rutina sobre el comportamiento de los sapos en el momento en que ocurrió el sismo. Grant había notado un comportamiento inusual: cinco días antes del temblor, la población de sapos machos en la colonia decayó en un 96%, en tanto que tres días antes del terremoto, la colonia entera se retiró.
Aún no queda claro cómo es que los sapos percibieron el advenimiento del sismo, sobre todo porque conducir este tipo de experimentos es prácticamente imposible por la impredictibilidad de los movimientos téluricos. Aunque parece una situación anecdótica más, la información es valiosa porque rara vez es posible estudiar el comportamiento de animales salvajes antes, durante y después de un terremoto.
Aunque otros animales son conocidos por presentir los temblores, es sorprendente el tiempo de ventaja de predicción de los sapos. Mientras que peces, ratas y serpientes son capaces de captar un terremoto momentos antes, estos anfibios podrían funcionar como un sistema de detección temprano. Los científicos especulan que los sapos podrían haber percibido cambios en la atmósfera, tales como la liberación de gas radón, o variaciones en las ondas gravitacionales.
En diferentes culturas y desde épocas inmemoriales se adjudican a los sapos y las ranas una serie de propiedades curativas. Desde calderos de brujas hasta curanderas modernas, los anfibios forman parte de la "farmacia alternativa" de la cultura popular. Hoy la ciencia investiga las pieles de estos animales para descubrir cómo pueden ayudar al organismo frente a bacterias y hongos.
La piel de ranas y sapos posee componentes capaces de combatir agentes patógenos, una serie de sustancias que constituyen la primera línea de defensa de estos animales contra bacterias, virus y hongos. El tema está siendo estudiado por distintos grupos de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), y podría dar lugar a potenciales usos en la industria farmacéutica.
Del saber popular
Los sapos y las ranas han tenido una influencia cultural ancestral por eso mismo han sido objeto de usos mágicos y medicinales en todo el mundo. Las creencias populares atribuyen a estos animales distintas virtudes curativas: para el dolor de muelas se aconseja frotar la panza de un sapo en la parte afectada, al igual que para eliminar granos y manchas de la piel para la jaqueca, dicen que hay que aplicarse un trozo de piel de sapo mientras que el dolor de cintura se aliviaría con una ristra de sapos atados alrededor del tronco del paciente.
Para la culebrilla también se sugiere frotar la panza de un batracio en el lugar infectado. En la Puna del Noroeste Argentino y sur de Bolivia, los renacuajos en parches fríos junto con grasa de pecho de llama, aceite verde y semillas de lino, se usan para curar niños "aicados" (la aicadura es el "aire del muerto", que enferma a los niños y a las mujeres embarazadas). También suelen utilizarse para los casos de ganado "agusanado" (en ese caso se cuelga un sapo vivo al cuello de animal), o para la renguera del caballo.
A los ojos de la ciencia, las virtudes curativas de las pieles de los anfibios están relacionadas con componentes bioactivos llamados péptidos. Estas sustancias se componen de largas cadenas de aminoácidos.
"Actualmente se considera que los péptidos antimicrobianos constituyen un nuevo tipo de antibióticos y su uso para aplicaciones pulmonares como aerosoles, o en patologías de piel para uso tópico, es particularmente promisorio", indica un artículo publicado en la última edición de ConCIENCIA, la revista de divulgación científica que edita la UNL.
El trabajo
"Los trabajos están orientados a definir estrategias para el aislamiento, purificación e identificación de los compuestos bioactivos. El objetivo, dar con una serie de moléculas potencialmente aplicables a la industria química y farmacéutica. A su vez, el conocimiento resultado de estos desarrollos es valioso, a la hora de pensar políticas de gestión para la conservación de los anfibios de Argentina", agrega el artículo, escrito por la Dra. Georgina Tonarelli y el Dr. Rafael Lajmanovich, investigadores de la FBCB-UNL y FBCB-UNL-Conicet, respectivamente.
Los trabajos están organizados en diferentes etapas. En la actualidad, los investigadores se ocupan en la purificación de los compuestos activos, para luego proceder a su síntesis química.
Hasta el momento los compuestos de las pieles estudiadas demostraron actividad antimicrobiana frente a Salmonella sp., Escherichia coli, Pseudomonas, Staphylococcus aureus y Bacillus cereus, todas causantes de infecciones de diversa gravedad.
También se observó que los extractos fueron capaces de inhibir el crecimiento de cepas de Mycobacterium tuberculosis (bacteria responsable de la mayor cantidad de casos de tuberculosis) en ensayos in vitro realizados en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni.
Estas investigaciones son llevadas a cabo por el Departamento de Química Orgánica de la FBCB en colaboración con otras cátedras, la Facultad de Ingeniería Química (FIQ-UNL) y el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Emilio Coni - Anlis Dr. Carlos Malbrán de Santa Fe.
Medicina y biodiversidad
Entender a la biodiversidad como una fuente formidable de recursos medicinales impulsa numerosos estudios de anfibios en el mundo. En el caso de las ranas, sus secreciones resultan de gran interés para investigaciones neuroquímicas y farmacológicas, porque contienen, entre otros compuestos, alcaloides, compuestos químicos nitrogenados ampliamente distribuidos en el reino animal y vegetal.
Incluso las especies más venenosas de la familia Dendrobatidae -ranas de colores brillantes de la selva ecuatoriana- son investigadas para usos médicos en el tratamiento del mal de Parkinson, la enfermedad de Alzheimer y la depresión, entre otras.
Uno de los anfibios argentinos que demostró resultados más sorprendentes es Phyllomedusa sauvageii, rana de distribución chaqueña, desde Jujuy hasta el norte de Santa Fe y Córdoba. De su piel se aislaron los péptidos denominados dermaseptinas, que demostraron gran actividad antimicrobiana contra un importante número de bacterias.
Además, esta clase de péptidos presentan actividad anti-fúngica, y también anti-parasitaria contra el Trypanosoma cruzi (parásito causante del Mal de Chagas).
La brillante piel rojiza surcada por tres líneas verdes fluorescentes de estos sapos del tamaño de un pulgar alberga la epibatidina, un tóxico que una vez procesado y aislado su principio activo se convierte en un analgésico 200 veces más potente que la morfina, sin sus efectos adictivos.
El poder de la epibatidina ha sido conocido por años por los indígenas ecuatorianos, que untaban sus flechas con el veneno y condenaban a sus enemigos a una muerte convulsiva, en una muestra de la riqueza biológica que esconden los anfibios americanos como el Epipedobates Anthony.
Tras más de tres décadas, las multinacionales farmacéuticas aún no han cumplido con los requisitos sanitarios para la comercialización de la epibatidina, pero esperan descubrir otros químicos con propiedades similares en los sapos, la rama más numerosa de los anfibios y los primeros vertebrados en habitar los continentes.
La utilidad de los sapos va, por tanto, más allá de satisfacer los gustos gastronómicos exóticos. El desarrollo de la biotecnología, que utiliza organismos vivos o sus derivados para la creación de diversos productos ha colocado nuevamente sus microscopios sobre estos animales.
Muchos sapos, sin embargo, podrían desaparecer sin ser descubiertos o, peor aún, sin definirse sus potenciales beneficios debido a que viven una extinción acelerada que podría condenarlos a permanecer recluidos en laboratorios o ser recreados por pobres imitaciones de peluche.
"Hay que cambiar la idea de que son feos, babosos. Este es un concepto tan bonito de biodiversidad como los colibríes o las mariposas", dijo, con un tono de preocupación, Martín Bustamante, herpetólogo de la Universidad Católica de Ecuador, que posee una de las más amplias colecciones de sapos en cautiverio del continente.
BAJO SENTENCIA DE MUERTE
Los sapos, que son una fuente alimenticia y medicinal para algunas comunidades amazónicas y andinas, enfrentan una verdadera sentencia de muerte en América, que alberga al 53 por ciento de las cinco mil 743 especies de anfibios que existen en el mundo, incluidas salamandras y cecilias.
Al menos dos de cada cinco anfibios registrados en el hemisferio están bajo amenaza de extinción por la destrucción de su hábitat, un fenómeno que se registra en medio de una indiferencia generalizada que ha impedido adoptar medidas para protegerlos y que los pone en el camino que recorrieron los dinosaurios.
Los sapos están cayendo víctimas de la expansión de la agricultura, la explotación forestal, los contaminantes, las nuevas enfermedades y los cambios climáticos, a un ritmo más acelerado que los mamíferos y las aves, según el informe "Joyas que están desapareciendo" de la organización NatureServe.
Nueve anfibios americanos, incluidos ocho tipos de sapos y uno de salamandra, se han extinguido en los últimos 100 años, según el documento. Cinco de estas especies endémicas de Estados Unidos, Honduras, Costa Rica, Venezuela, Ecuador y Brasil desaparecieron a partir de 1980.
Otras 117 especies posiblemente engrosen la lista una vez que se compruebe que no existen más individuos.
"Los anfibios están desapareciendo delante de nuestros propios ojos (...) Sin anfibios se rompen eslabones en la cadena alimentaria y otros organismos son influenciados en modos, a menudo, impredecibles", advierte el reporte, en el que se resalta que los sapos son un termómetro de la degradación que sufre el planeta.
Los complejos ciclos de vida que desarrollan en el agua y en la tierra, además de su respiración a través de la piel, vuelven susceptibles a los sapos a factores como el alza de la temperatura global y la eliminación de las selvas tropicales.
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